lunes, 6 de octubre de 2008

Vendiendo el alma al diablo

Nunca me ha gustado establecer diferencias entre buenos y malos, entre verdaderos y falsos, entre honestos y deshonestos, entre los nuestros y los otros.... Digo yo que será porque como me veo como una mezcla de todo, un poco puta y un poco santa, no me acaban de quedar claras las distinciones.

Pero este post era para partirme la cara por Falsarius, jeje, que un amiguete le ha retao a un duelo.

Porque me parece absolutamente honesto y divertido el no fingir el engaño, el declararse abiertamente impostor...porque, es más, dónde está el engaño entonces? hay alguien más sincero que el que dice que te engaña, que el que acepta sus...(cómo decía ud?) "pequeñas incoherencias" sin ese adjetivo indulgente? Porque, estimado amiguete, no valen las medias tintas, ni lo "pequeño", ni lo "grande", eso equivale a utilizar un criterio, y me puede ud decir quién lo establece?  Y si ese es nuestro discurso, se es o no incoherente, se vende o no el alma al diablo, pero no se hace o se es un poco o un rato. No existe el arrendamiento querido amiguete.

Dicho esto, he de decir que mi humilde opinión es que con el diablo hacemos pactos todos, aunque sea por un sentimiento supuestamente altruista, aunque sea para no hacer daño, pero vendemos el alma, una y otra vez.
Así que retomo el principio, no creo en buenos y malos, no hay un ellos y un nosotros, somos todos de la misma pasta, unos putos y unos santos. 

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