Suelo pasar más tiempo mirando el espacio blanco de la pantalla, pensando qué coño quiero sacar de dentro, que escribiendo. Porque casi siempre escribo como catarsis, como ritual de limpieza. Un vómito de eso que me aprieta el estómago.
A veces no escribo porque no hay nada, otras, como ahora, porque hay demasiado
A veces no escribo porque no hay nada, otras, como ahora, porque hay demasiado