miércoles, 28 de septiembre de 2011

La felicidad (1ª parte)

(me apetece rescatar esto que escribí hace un tiempo)

Me gusta la pregunta "¿Para qué?".La razón última que nos mueve.

Personalmente, cuando trato de contestarla, me muevo entre el notengoniidea y la búsqueda de felicidad, de "gustito", en mi terminología.He de reconocer que la mayoría de las veces lo único que motiva mis acciones es la inercia (por cierto, muy interesante concepto para explicar/abordar muchas dinámicas), pero eso no es relevante en este momento. Hoy, lo que me ocupa es la búsqueda de felicidad.

Para ello, siendo evidente que soy incapaz de encontrar un concepto teórico que me satisfaga, y siendo yo misma el único sujeto sobre el que experimentar, he decidido observar y hacer un repaso de aquellos momentos o actividades que me proporcionan felicidad, intentando ver si, a partir de ellos, puedo encontrar alguna que otra categoría.

Me he encontrado con que experimento fundamentalmente cuatro tipos diferentes de gustito. Si hacemos una gradación de menor a mayor complejidad o dificultad tanto del fenómeno, como de su experiencia, quedaría algo así:

- El primer tipo de felicidad sería la que experimento con la realización de alguna tarea física o material. Es ese tipo de sensación en la que nos sumergimos en una actividad y realmente nos concentramos y disfrutamos de ella, sin más objetivo que la acción misma. Por ejemplo, soy feliz cuando cepillo a Ulises y le limpio despacio entre sus deditos. Soy feliz cuando cocino, al echar los garbanzos en la ollla y ver cómo se van cociendo.

- El segundo tipo de felicidad estaría muy relacionada, incluso de una forma dialéctica podría decirse, con el primer tipo descrito. Sería la felicidad derivada de la contemplación de la belleza. A diferencia del tipo anterior, en el que hay una cierta participación activa, en este tipo, la participación no es tan significativa o incluso está reducida a la mera contemplación en sentido estricto. Serían esas sensaciones placenteras y embriagadoras que se sienten al escuchar una canción, las olas del mar o el silencio. Esa dulce tranquilidad desde la que te paras a mirar el sol o unos ojos. Ese gustito que te da el leer un pensamiento hermoso o acertadamente escrito. Es la estética elevada a su función primordial, la de proporcionar placer.

- Y sigamos con esa progresión dialéctica...el tercer tipo de felicidad es aquél que se experimenta en los momentos en que nos encontramos. Es decir, el momento en que por un breve periodo de tiempo tenemos la sensación de estar en el universo, de formar parte de él. Ese momento en que trascendemos de la mera contemplación y pasamos a ser parte del cuadro. Cuando sentimos una cierta conexión con todo lo que nos rodea, como si por un instante fuésemos capaces de ver, de sentir, la energía que conforma todo. Son esas veces en las que en medio de la naturaleza, por ejemplo, no te sientes un extraño: sientes el aire, tocas la arena, las flores, el agua y la observas en toda su grandiosidad, y te comunicas, te conectas con el exterior.

- El último tipo de felicidad que experimento es aquel derivado de la conexión directa con otro individuo de mi especie. Digo directa porque requiere de la presencia física del otro, a diferencia del segundo tipo que hemos visto, en el que se da una conexión con otro individuo pero mediada, a través de sus creaciones.

Ocupa el último lugar en esta gradación ascendente, porque experimento esta sensación placentera cuando comparto con alguien alguno de los tipos de felicidad antes descritos, o cuando el objeto de contemplación y acción es el otro sujeto en sí mismo. En mi opinión, este tipo de felicidad/conectividad compartida es el más difícil de experimentar y a la vez, el más deseado. (Quizás esté sometido a esa ley que dice que a mayor escasez de un bien, mayor deseabilidad del mismo). Creo que normalmente se tiende a identificar con eso que llamamos amor, y con ello, entra en ese tipo de conceptualización cultural que lo acaba desvirtuando.

En el caso de mi sujeto de estudio, yo misma, jeje, experimento este tipo de felicidad cuando me río con otro sujeto, con esa risa que sale de dentro y muchas veces está ligada al absurdo.También cuando comparto algún tipo de actividad. En este punto es interesante observar que, cuando dicha actividad es de carácter físico y en contacto con la naturaleza, el placer es de mayor intensidad o más fácilmente alcanzable que si dicha actividad se concreta en el terreno de lo intelectual.

Asimismo, cuando digo que el objeto de contemplación y acción es el otro sujeto en sí mismo, me refiero a aquellas veces en las que al hacer el amor el cuerpo del otro se convierte en todo un territorio a explorar, en las que se unen la búsqueda de placer físico, la contemplación de algo hermoso y esa conexión en la que el universo se concentra en ese momento y ese espacio.

Una conclusión posible sería que la felicidad se encuentra más allá del yo. Es necesaria una relación directa o indirecta con otro objeto/sujeto. Así como que la felicidad puede ser directamente porporcional al grado de conexión o integración.

Por otra parte, la felicidad está hecha de momentos en los que el tiempo no existe. No hay una progresión de una actividad, hay un mero disfrute en un especie de stand by de nuestra rutina. La inclusión del elemento tiempo rompe por completo la perfección del disfrute. Ello no quiere decir que estos momentos hayan de ser prolongados, no tienen porqué, podemos fijarnos en cuánto duran un atardecer, una sonrisa o un beso y la felicicidad que nos proporcionan.Yendo más allá, diría incluso que cualquier elemento de constricción: tiempo, uso, norma, hábito, prejuicio, nombre....opera en contra de la felicidad.

Cuando me siento feliz, me siento libre, me siento yo.

Nos salvan la vida....

Hay veces que me da por ponerme triste, me da el ataque y lo veo todo más negro que el carbón. Entonces me pongo en plan desilusionao y me siento sola, con esa soledad honda que no atiende a consuelos, y dejo de soñar.
En ese estado, algunas cosas me salvan la vida. Me da la gana de ponerlas aquí por si a alguien le sirven:

- Salir a la calle y sonreír, hablar con la panadera, el kiosquero... Esto me pone en mi sitio, me recuerda que mis pajas mentales, no son más que eso, gilipolleces propias de estar todo el santo el día dándole perico al torno al porqué de las cosas, y que en el día a día hay muchas cosas hermosas si se tiene ganas de verlas.

- La comunicación con Ulises, el perro que vive en casa, que siempre me sorprende y me hace jugar un rato.

- Ver un documental del universo, de ésos que dicen que somos polvo de un cometa. Y yo que me lo creo y ya no me siento tan sola, que miro a una piedra y pienso: Ay!.... hermana mía....

Mmmm.... qué curioso... todo lo que me salva la vida es aquello que me hace sentir que no soy tan importante.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Si alguna vez tengo un hijo, ¿cuántas cosas hermosas quedarán para vivirlas con él?

viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Se desmorona todo? A lo mejor no es más que mi percepción.....
Pero no, es una percepción compartida, de las que construyen realidad.
¿Quedará algún resto de comunidad después de tanto enfado, tanto miedo, tanta división entre unos y otros?

martes, 20 de septiembre de 2011

El sinsentido y mi vagancia congénita

Tras otro ataque de locura transitoria, esta vez, de intentar mezclar relaciones laborales y humanidad... (sí ya sé que soy idiota), vuelvo a mi estado natural: la vagancia, el despiste, el empanamiento....
Y el caso es que preferiría hacer algo, mover el culo. Pero, qué hacer? y para qué?, con qué objetivo?
He ahí el germen de mi vagancia: el sinsentido

domingo, 18 de septiembre de 2011

Leer, leer, leer...

Un maravilloso poema de Unamuno que descubrí ayer:


Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las solas, las humanas creaciones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer; ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?

sábado, 17 de septiembre de 2011

Rebeca Pui Lung

Foto: F. Grumosky

viernes, 16 de septiembre de 2011

Un Hoy me iría...

Foto: F. Grumosky


Dudo entre escribir un "Hoy me iría...."; rescatar las historias de risa de la Tía Felisa; o vomitar, o lo que es lo mismo, escribir compulsivamente..
Me pongo música, una canción de Wim Mertens, "Paying for love" a ver dónde me lleva. Tiento a la suerte con esa canción pero qué le vamos a hacer? en esta naturaleza cobarde, hay una parte de mí que se resiste, una jodida parte de mí que no puede dejar de soñar y que aquí, en el refu, deja de esconderse detrás de una sonrisa y se arriesga a intentar dejarse llevar por el "ser".

................... pienso, sueño, imagino, elijo..............

Escojo el "Hoy me iría..", la evasión por la imaginación.
Bueno....., lo intento.

(Oye, vente conmigo...... sí, sí, tú, te vienes? ....... es sólo un sueño......)

Nos vamos a un pueblo de Irlanda.
No sé muy bien qué hacemos aquí, pero tampoco me importa. Estamos bien.
Llegamos a mitad de verano y nos quedamos a disfrutar del no-hacer.
Un día dejamos de pensar dónde iríamos al día siguiente y empezamos a saborear el desayuno. El mismo y diferente desayuno todos los días....

Paseo hasta el mar.
Me siento en el suelo y miro.
Qué inmenso...
Qué pequeñita yo.

A veces vienes, como hoy.
Yo voy detrás de ti unos pasos y tú siempre protestas porque no voy a tu lao. Pero es que me gusta mirar cómo te fundes con esa naturaleza hermosa.
¿En qué pensarás mientras caminas?

Dejo de pensar...
Le hago una foto a dos babosas que andan juntas.
Y de una carrera llego a tu lado.

Vas cantando bajito una canción.
No piensas en nada - me digo.
Simplemente eres feliz.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Esta tarde.... vagueo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Un niño y una ola


Foto: F. Grumosky

viernes, 9 de septiembre de 2011

Papeles que uno se encuentra por los bolsos.

Foto: Axel Leyer



A veces tengo ganas de llorar
Cuando siento
O de vomitar
Cuando pienso
Me aburren las distancias, los lenguajes que no manejo, las interpretaciones.
Es más simple, lo que ves es lo que es.
No hay más.
Hay días en que uno está más sensible. A mí me da por pensar en el tiempo y las distancias.
Hay días que siento más intensamente que otros cómo pasamos esta Vida, buscándonos unos a otros.
Sin encontrarnos
¿Por qué no nos encontraremos?
Me siento átomo y quiero ser molécula. Pondré un anuncio en el universo: "Átomo C busca átomos compatibles para enlaces estables, como los de los metales. No más intercambio de electrones, la capa más superficial. Electrones sucios, contaminados, usados"

jueves, 8 de septiembre de 2011

The Visitor

Doce horas en el "trabajo".
Y si me preguntan para qué, qué has hecho... no sabría contestar.
Papel. Nada. Aire.
Llego a casa, Ulises me espera, llora impaciente, rasca la puerta.
¿Dónde están las llaves?
Ceno un trozo de tortilla de patata que me ha dado mi madre y me pongo una peli, The Visitor.
Preciosa,tierna y real.
Lloro al lado de esos personajes, me enamoro con ellos, tengo miedo, ilusión y digo adiós...
Con ellos.
Me hacen sentir.
Lloro despacio, con las lágrimas resbalando por la cara.
Saco la lengua para probarlas.
Siguen sabiendo salado.
Gente intentando Vivir, intentando Amar....
¿Podrán hacerlo?
En el espacio donde viven los cuentos, ¿se encontrarán? ¿serán inmensamente felices?
¿irán a comprar el pan, se abrazarán por la noche para poder dormir, compartirán una canción o un libro o un paseo?
¿serán libres?
¿tendrán hijos y jugarán con ellos?
Y nosotros?,
los que vivimos aquí, en este cuento, el espejo de ese otro mundo,
¿aprenderemos algo?
¿seremos felices?

Visitors to this page