martes, 2 de septiembre de 2008

Ulises y las súper-madres


Últimamente, a veces, me convierto en mueble, en cuna/cama para ser más exactos. A Ulises, el perro que vive en casa, le gusta subirse encima mío y echarse ahí sus siestecillas.

En esa tarea estaba, ejerciendo de cuna, mientras me entretenía observando cómo su cuerpecillo se iba quedando cada vez más blando, cuando me he acordado de un artículo que leí hace un tiempo, que definía el amor como la ausencia de asco.Al principio no entendí muy bien a qué se refería, pero, a medida que iba leyendo, me sorprendió el planteamiento y terminé coincidiendo con él.
Cuando Ulises llegó a casa yo no lo quería, estaba lleno de pulgas, lloraba toda la noche, me quitaba parte de mi tiempo y de mi espacio.... No le faltaba nada material, pero yo no lo abrazaba, me daban miedo y un poquillo de asco sus pulgas y quizás también un poco él, porque me lavaba las manos cada vez que lo tocaba. (Cuando recuerdo cómo me comporté esos primeros días me siento increíblemente mal, jodida egoísta!). El caso es que quién me iba a decir a mí que, una semana más tarde, le quitaba las pulguillas que le quedaban con la mano, lo manoseaba, lo abrazaba, lo acunaba.... hasta hoy, que ya me veis, convertida en cama.
Como Ulises seguía durmiendo a pata suelta, decidí continuar pensando y me vino a la cabeza la idea de las súper-madres, esas mujeres que cuando las tienes cerca te inspiran seguridad y confianza, de mirada abierta y franca, esas súper-madres que, cuando éramos pequeños, preparaban los mejores bocadillos para el colegio, las madres que, cuando te caías, te cogían firmemente y con su mano te limpiaban los mocos y las lágrimas, y te calmaban, esas súper-madres que eran un poco madres de todos....
No sé si se ha notado, por si acaso lo digo, yo no tuve la suerte de tener una súper-madre, la mía sólo era y es una mujer guapa. Y la verdad es que lo sigo deseando..., quizás el día que sea una abuelilla dejaré de hacerlo, aunque creo que todos somos hijos o huérfanos hasta que nos morimos.
Por ahora, me conformo con pensar que, si algún día tengo un hijo, le prepararé contundentes bocatas de chorizo, le limpiaré el culo hasta dejárselo reluciente, le repeinaré bien antes de ir para el cole, le daré unos buenos achuchones antes de salir de casa, le daré un beso de buenas noches, le.....
Gracias Ulises

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