domingo, 29 de enero de 2012

Estos humanos y sus relaciones










Quedamos para organizar el trabajo pendiente.


Para mí, en el fondo muy fondo, esto siempre es una excusa. Los proyectos me gustan porque son posibilidades de conectar con otros seres, de pasar tiempo con otras personas y quizás sacar quién coño somos. Darle esquinazo un rato a la mardita soledad siempre presente.

Y quedamos.

- "Qué hay pendiente?".



Sin ningún preliminar.... No procede el calor humano.

Caigo.

El torrente de la sólo racionalidad me puede.

Repaso la lista. Leo. Recito lo apuntado. Ejecución de tareas. "¿Cómo estás? Bien gracias"- mero protocolo-. Rapidez. Multitareas. No se puede malgastar el tiempo.



"¿Para qué queremos el Tiempo?"

Entonces no lo pregunto, ni lo pienso. Imposible. Lo hago ahora, en este rato robado.



Quiero salir de allí. ¿Tartamudeo? quizás sí. El rol de robot, de puro instrumento, me vacía. Intento apartar estos pensamientos y sonrío... mecánicamente. Quiero irme, me siento un cuerpo sin alma, unas manos que escriben al dictado, ta-ta-ta-ta.... Soy una máquina. Pero no lo soy, me comporto así. Disonancia cognitiva, le llaman los productores de palabras.

Seres multitarea: fotocopiadores, impresores, grabadores, repetidores..... de carne y huesos, sin sangre, sin tripas. No llegamos ni a amplificadores.

Producción, productores... de justificación. Producción de humo, pero producción. Es lo único que importa.



La persona se diluye en el instrumento.



Continuará... ahora tengo que ejecutar las tareas programadas para el domingo-mañana.


No hay comentarios:

Visitors to this page