lunes, 10 de noviembre de 2008

Me ahogo

Enfermamos  por lo que carecemos, es una llamada de atención del cuerpo y del alma para decirnos, qué coño estás haciendo?
Yo me ahogo en el amplio sentido de la palabra. Emocional y físicamente me ahogo.
 Porque respiro un aire usado que no es el mío.
Porque me muevo en un océano que no es el mío y siento como, poco a poco, me hundo,
Siento el peso del agua sobre mí y me voy diluyendo, ahogando, muriendo. 
Sin hacer nada.
Me quedo paralizada, sólo pienso, pienso, pienso y continuo ahogándome.
Pienso en las ganas de dejar todo esto que no me pertenece, ni me gusta, ni me hace feliz, y salir corriendo.
Pero no lo hago y aquí me quedo, ahogándome.
Y hoy no puedo más.
Ese puto reconocimiento, ese puto vivir cumpliendo expectativas, ese puto deber ser....me matan. 
Y mis ganas de llorar y de gritar, aún me ponen más enferma. 
Grito de nuevo en silencio un tremendo para qué, que se queda sin respuesta. Como siempre.
Y mis ganas de mandarlo todo a la mierda, hoy se intensifican, pero sólo sirven para ahogarme más.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

le mando una cuerda con plomo y una nota en la punta diciendo "agárrese a la cuerda para mandarlo todo a la mierda". también le mando oxígeno, por si acaso no es el momento de cogerse a la cuerda, para que augante hasta que decida agarrarse a ella.

grumosky dijo...

Gracias, anónimo, sobretodo por el oxígeno, porque no, todavía no es el momento de mandarlo todo a la mierda (traducido: largarme a la Polinesia o similar). A ver si un día de éstos...

Anónimo dijo...

¿Y por qué no "explotas" y cambias lo que no te gusta de lo que te rodea? Seguro que encuentras a más de un@ que comparte tu ahogo, y sobre todo, tu necesidad de respirar. No te concentres en la falta de oxígeno, sino en la necesidad del mismo. Búscalo, y lo encontrarás.

grumosky dijo...

Porque dudo de si existe o no lo que yo busco. Cada vez pienso más que es todo exactamente lo mismo y que pierdo el tiempo buscando respuestas, buscando sensaciones, buscando una forma de vida, que, lo dicho, cada día dudo más de que exista.
Y, a pesar de eso, me duele el alma porque sigo soñando.
Un saludo, anónimo

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