lunes, 24 de agosto de 2015

La casa

Hasta el balcón de mi habitación, por el que se cuelan unas ramicas de árbol, llega el olor de un guiso. Me recuerda a uno de cordero que hacía mi tía Tali.
Tengo ganas de comida de abuela.
Esta casa donde estoy ahora es muy bonita, muy minimalista, muy brillante, muy limpia. Lo es tanto, que sólo es casa. No es un hogar, con ruido de ollas y olores de cocido. con algo de polvo y el justo desorden de la vida normal, con la radio puesta y una canción, con un vaso en el fregadero y un rincón un poco suciete.
Esta casa sólo es casa y a mí me apetece ya comida de abuela.

1 comentario:

Rebeca Martín Lorenzo dijo...

Me ha gustado mucho, cielo, pero apuesto a que también es hogar ;-)) Muacs! (Soy Rebe)

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