Qué fea es la ciudad con estos caminos de asfalto gris, con estos bloques de hacinamiento gris, llenos de antenas y de cables grises.
Hasta el aire es gris. El mismo aire que respiramos y entra, gris, por nuestra nariz, por nuestros pulmones, nos recorre por nuestra sangre. Todo gris. Carne gris, sangre gris, puta vida gris.
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