Los no-días son esos ratos en los que te permites hacer lo que te apetece, en los que te das el super-lujo de regalarte libertad. Los no-días son ésos que recuerdas con añoranza y una sonrisa y en los que, por un ratito, te conviertes en aquello que sueñas. Un no-día nace y muere a la vez, no existe más allá del mismo instante, y eso es justamente su mejor cualidad.
En un no-día no tienes nombre, sólo eres.
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