martes, 14 de julio de 2009

Cómo se hace eso, mamá?

Me duele acordarme y no acordarme.

Me duele olvidarme tan rápido de un rostro, de una voz, de una risa, de una idea, de los momentos pasados y de los imaginados.

Es como si el corazón y la cabeza se hubiesen puesto de acuerdo para sumirse en una especie de letargo, para narcotizarse frente al dolor y distraerse.

Como si todavía no estuviesen preparados para afrontarlo, lo aparcan. Se rellenan de sucedáneos de vida.

Ya no pienso, ya no siento. Hasta el corazón me late más despacio, sólo lo suficiente para mantener el cuerpo con vida.

Una vez le dije a mi madre que lo que más me dolía era el no entender, ella me dijo que no podía tratar de entenderlo todo. No le hice caso. Hoy me acuerdo de ese día y me gustaría preguntarle cómo se hace eso, vivir sin entender y que no duela.

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