LLego a casa, a esta casa que ya no es casa, ni refu, que necesita una reconstrucción
y mi cuerpo habla
y mi cabeza desvaría.
Mareos, vómitos, nula paciencia
gritos y lágrimas aprisionados
que me ahogan.
Necesito descansar
Busco las piedras que no se hunden para cruzar al otro lado
ése que veo, ése que quiero.
Salto y espero.
Encaramada a una piedra,
a la pata coja,
intento no pensar en el dolor de los calambres.
Y sigo.
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