viernes, 27 de febrero de 2009

El gorro

Una señora que casi no mueve una mano me ha hecho un gorro.
Tiene rayas rojas y beige, parecido al de Wally.
Es de esa lana caliente, fuerte y suave, de la que abriga pero sin picar.
Está todo bien rematadito por dentro, se nota que con mucho cuidado, sin dejar un solo hilo fuera de su sitio.
Puesto, abriga lo justo, lo suficiente para mantener las orejas calientes y sentirte protegido contra el frío.
Huele a casa, a una mezcla de lejía y pino y rosquillas.
Venía envuelto en papel de regalo con dibujos de Papa Noel y atado con un lazo de lana rojo.
Me lo dejo puesto.
Me emociono.
Estoy contenta.
Este gorro no tiene precio, es tan valioso que ni con todo el dinero del mundo podría comprarse.
Me siento rica, tremendamente rica.
Y te echo un poco de menos para poder enseñártelo.

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